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Chipiona se caracteriza por gozar de una variada gastronomía, que aúna tierra (huerta y viña) y mar, suministrando unos ingredientes de primera calidad que llenan sus platos de colorido y sabor.

Pescados y mariscos son protagonistas en la cocina tradicional chipionera, en cuanto a su cantidad y diversidad en la preparación. Productos que se pueden degustar tanto a la plancha como en exquisitos guisos marineros, pasando por los típicos fritos y aliños.

Destacan las doradas, corvinas, acedías, chovas, sargos, lenguados, rodaballos, chocos, erizos, langostinos, almejas,  cañaillas, navajas y un largo etcétera.

      Las arenas fértiles de Chipiona y su clima hacen posible que en Chipiona se cultiven productos de la huerta considerados tradicionalmente como de los mejores de la zona: tomates, zanahorias, coliflores entre otros, utilizados tanto en la gastronomía local como destinados a la exportación.

      Entre las frutas sobresalen las naranjas, los limones, la sandía, el melón y, por su puesto, la uva moscatel, con la que se elabora el afamado vino moscatel de Chipiona, reconocido tanto nacional como internacionalmente y galardonado con diversidad de premios especializados (Premios Mezquita, Challenge Internacional du Vin, Iberwine…)

      Actualmente, tres empresas locales se dedican a la producción de Moscatel en Chipiona: la Bodega Cooperativa Católico Agrícola, la Bodega José Mellado Martín y la Bodega César Florido. Además también se producen blancos, tintos, finos olorosos, cream y vinagre.

      La repostería chipionera es quizá menos conocida, pero no por ello de menor calidad. Realizada de forma artesanal por reposteros de gran tradición.

Platos típicos chipioneros

Berza chipionera
Papas con choco
Cazón en tomate o en amarillo
Raya en pimentón
Carne ibérica al moscatel
Corvina al horno
Tortillitas de camarones
Ortiguillas fritas
Galeras

 Recetas tipicas

      Sopa de Galeras:

Una docena de galeras de buena talla, dos o tres cebollas nuevas, según tamaño, una pieza de pan (bollo o similar), un ramillete de perejil, aceite de oliva y sal.
      Cueza las galeras con extrema prevención en cuanto al punto de sal. Una vez cocidas retírelas y déjelas enfriar para poderlas manipular cómodamente. Reserve el agua de la cocción y elimine las secciones de cabeza y cola de las galeras, así como la zona superior de la cáscara del cuerpo.Corte el pan en dados (es preferible concentrarse en la parte de la corteza, por su mayor consistencia) y remójelo en un poco de agua, pero sin que llegue a empapar. Pique las cebollas nuevas. Lave bien y pique (cuanto más fino mejor) el perejil. Ponga un poco de aceite de oliva en una sartén y haga un refrito con las cebollas hasta que éstas tomen un aspecto dorado, momento en que deberá añadir el perejil. Añada a la base el pan mojado y el agua de la cocción de las galeras. Remover y rectificar de sal (bien añadiendo sal o agua limpia para eliminar su exceso). En los últimos instantes añada los cuerpos de las galeras limpias para que tomen calor. Servir caliente.

Noticia obtenida de: https://www.turismochipiona.es/gastronomia/